
El presidente JavierMilei arribó este domingo a la Argentina tras haber participado en Roma del funeral del papa Francisco, en una jornada que incluyó también un almuerzo de trabajo con la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni. El avión presidencial aterrizó en el Aeroparque Jorge Newbery a las 7:50, luego de hacer una escala técnica en Gran Canaria para reabastecimiento de combustible. El mandatario, que ya había mostrado afinidad ideológica con Meloni en diciembre pasado cuando ella le otorgó la ciudadanía italiana, profundizó su vínculo con la ultraderecha europea durante esta visita.
Durante la ceremonia de despedida, Milei ocupó un lugar en la primera fila de autoridades junto a su hermana Karina y miembros de su gabinete, en un sitio destacado que también compartieron la delegación italiana y otros jefes de Estado. La presencia del presidente argentino y de la primera ministra italiana en ese sector fue interpretada como un gesto hacia las dos raíces principales del pontífice. Además de Milei, asistieron al funeral importantes líderes internacionales como el rey Felipe VI de España, los reyes de Bélgica y el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Sin embargo, la solemnidad del viaje oficial rápidamente dio paso al tono confrontativo habitual del presidente al regresar al país. Apenas pisó suelo argentino, Milei retomó sus ataques contra los medios de comunicación, a quienes acusó de haber difundido información errónea sobre su supuesta llegada tardía al funeral. Desde su cuenta de X, el mandatario escribió: «La gente no los odia lo suficiente», en una nueva embestida que alimenta la escalada de tensión con el periodismo, en un contexto donde se reclama mayor responsabilidad institucional.
El viaje a Roma también contó con la participación de varios funcionarios nacionales, entre ellos el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el vocero presidencial, Manuel Adorni; la canciller Diana Mondino, y las ministras Sandra Pettovello y Patricia Bullrich. La comitiva oficial concluyó sus actividades este domingo, aunque el saldo del periplo volvió a poner en evidencia las prioridades discursivas del presidente, que prefirió retomar su enfrentamiento con la prensa en lugar de centrarse en los gestos diplomáticos que había protagonizado en Europa.