Médicos del Garrahan presentaron una denuncia penal por la situación crítica del hospital

Médicos y técnicos del Garrahan denunciaron penalmente a las autoridades del hospital por el riesgo sanitario ante la falta de personal y el congelamiento salarial.

El Hospital Garrahan atraviesa una de las crisis más profundas de su historia. Con una denuncia penal presentada por médicos y técnicos, se formalizó el reclamo ante el abandono de funciones por parte de las autoridades del centro de salud. La secretaria general de la Asociación de Profesionales y Técnicos del hospital, Norma Lezana, denunció que «ya se fueron 200 médicos y los residentes están con paro por tiempo indeterminado». En declaraciones radiales, sostuvo que «la dirección no hace nada y el ministro Lugones tampoco». La situación se ha vuelto insostenible para quienes día a día sostienen la atención de más de 500 camas.

La crisis no es solo administrativa, sino profundamente humana. «Quedaron muy pocos médicos para la cantidad de pacientes que hay que atender», explicó Lezana. La falta de respuesta oficial empujó a los trabajadores a realizar una nueva asamblea este martes para definir un posible paro general con guardias mínimas. «Nos están llevando a una situación límite. No se puede trabajar así», advirtió. Las condiciones laborales actuales revelan una política de desfinanciamiento que amenaza directamente con el funcionamiento del hospital.

La denuncia penal presentada tiene como eje el riesgo concreto que enfrentan los pacientes al no ser atendidos a tiempo. En paralelo, el Congreso Nacional se prepara para recibir una audiencia pública que buscará promover una ley específica que garantice el financiamiento sostenido del Garrahan. Mientras tanto, reina el desconcierto. «No se puede pretender que un médico viva por 700 mil pesos», reclamó la titular de APyT.

El ajuste, como advirtió Pedro Zubizarreta, jefe del Servicio de Hematología y Oncología del hospital, no es inocente. «El Garrahan está siendo víctima de una política de Estado de destrucción del Estado», denunció. Y agregó: «Lo que nos ofrecen es: ‘hagan lo que quieran, si quieren trabajar menos, háganlo, nosotros no les vamos a pagar más’». Sus palabras resumen un estado de desesperación, en un contexto donde lo que está en juego es la vida y la dignidad de los más vulnerables.

Zubizarreta, próximo a jubilarse, subrayó que el Garrahan logró mejorar en un 10% la mortalidad de sus pacientes entre 2000 y 2015, gracias a un trabajo colectivo de excelencia. «Todo eso es un desarrollo de equipo, y el hospital funciona en tiempo y forma. De las pequeñas cosas se hace la calidad», expresó con orgullo, pero también con tristeza por el desmantelamiento actual.

Mientras el presidente Javier Milei promociona una obra teatral que, según dice, donará al hospital, la realidad golpea: residentes con sueldos de 797 mil pesos por 70 horas semanales, salarios congelados, falta de reemplazos y un deterioro alarmante en el funcionamiento. «Nos dicen que si el hospital tiene que cerrar no tienen ningún problema«, fue la frase que más repudio generó entre el personal médico. La motosierra del ajuste no perdona ni a la infancia.

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