La tumba de Francisco en Santa María la Mayor recibe miles de fieles a la espera de su sucesor

Tras una histórica despedida, miles de personas visitan la última morada de Jorge Bergoglio mientras el Vaticano define la fecha del cónclave

La basílica Santa María la Mayor de Roma se convirtió este domingo en el epicentro del homenaje popular al papa Francisco. Cientos de fieles hicieron fila desde temprano para acercarse a la tumba del pontífice argentino, que descansará en un sencillo sepulcro ubicado en un lateral del templo. La emoción de los peregrinos fue una constante a lo largo de la jornada, mientras la Iglesia Católica se prepara para iniciar el proceso de elección de su sucesor en un clima de expectativa y tensiones internas.

La imagen austera que Francisco cultivó durante su vida quedó reflejada en su última morada. La lápida de mármol lleva apenas la inscripción «Franciscus», escrita en latín, acompañada por una réplica de la cruz del «buen pastor» que lo identificó durante su pontificado. La ubicación elegida, un antiguo armario para candelabros, y su cercanía a la imagen de la virgen «SalusPopuliRomani» subrayan una vez más su cercanía con los humildes y su devoción personal. Fue también el primer papa en más de un siglo que eligió no ser enterrado en el Vaticano, marcando así otro gesto de ruptura con las tradiciones.

En paralelo al homenaje popular, la mirada de Roma ya se posa sobre el futuro de la Iglesia. La fecha del cónclave para elegir al nuevo pontífice podría definirse este lunes, luego de una nueva reunión de los cardenales. Los 135 electores, todos menores de 80 años, votarán a puertas cerradas hasta alcanzar una mayoría de dos tercios. El rito ancestral del ‘cum clavis’ y la esperada fumata blanca volverán a capturar la atención del mundo entero, en un proceso que podría comenzar entre el 5 y el 6 de mayo, según trascendió.

Muchos de los fieles que acudieron a despedir a Francisco expresaron su preocupación por el perfil de quien será elegido como nuevo líder de la Iglesia. El papado del jesuita argentino estuvo marcado por un impulso reformista que puso el foco en los pobres, los migrantes, las mujeres y los laicos, pero también por su pedido de perdón por los abusos dentro de la institución. TatianaAlva, una peruana residente en Canadá, resumió un sentimiento compartido: «Espero que el próximo papa tenga una mente abierta y sea realista frente a los desafíos del mundo actual».

El impacto de Francisco en la Iglesia fue profundo y divisivo. A diferencia de sus predecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI, su estilo pastoral y su énfasis en la inclusión provocaron tanto adhesiones entusiastas como resistencias notables dentro del ala más conservadora. Los sectores que critican sus reformas ven ahora una oportunidad para reorientar el rumbo hacia posiciones más tradicionales, aunque la composición actual del Colegio Cardenalicio, mayoritariamente designado por el propio Francisco, podría dificultar esos intentos de retroceso.

En los próximos días, el Vaticano volverá a ser el escenario de deliberaciones intensas y decisiones históricas. El peso simbólico de la figura de Francisco, el primer papa latinoamericano, estará presente en cada discusión, mientras el mundo espera para escuchar nuevamente el «Habemus papam» que marcará el inicio de un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia Católica.

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