La histórica ceremonia se realizará este 7 de mayo bajo estrictas medidas de confidencialidad y con la participación de más de 130 cardenales electores
La Capilla Sixtina está lista para recibir a los cardenales que, a partir del 7 de mayo, se reunirán en Cónclave para elegir al nuevo Papa. Las imágenes difundidas por los medios vaticanos muestran el espacio transformado con sobriedad y precisión, en un proceso que implicó desmontar sensores de conservación, instalar un suelo técnico nivelado y montar mesas y sillas ceremoniales. También se acondicionó la Sala de las Lágrimas, donde el nuevo Pontífice vestirá por primera vez la sotana blanca tras su elección. La misa Pro eligendo Pontifice será el punto de partida de una jornada cargada de simbolismo, fe y expectativa global.

Detrás de esta preparación minuciosa, trabajaron más de 60 personas entre electricistas, carpinteros, floristas, técnicos de climatización y personal de limpieza, bajo la coordinación de la Dirección de Infraestructuras y Servicios del Vaticano. Según explicó el ingeniero Silvio Screpanti, se reacondicionaron más de 200 habitaciones en edificios como la Domus Sanctae Marthae, se sellaron accesos y se revisaron todos los sistemas técnicos para asegurar el funcionamiento adecuado del proceso. Doce personas permanecerán dentro del perímetro sellado durante el Cónclave, tras haber prestado juramento de confidencialidad.

Durante las votaciones, que se realizarán por la mañana y la tarde, se requerirá una mayoría de dos tercios para alcanzar una elección válida. Si se logra el consenso, las papeletas se quemarán y el mundo aguardará la señal del humo blanco. Minutos después, el nuevo Papa será presentado al mundo desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, tras asumir su nueva misión en la intimidad de la Sala de las Lágrimas. El Vaticano confía en que esta ceremonia, profundamente espiritual y logísticamente compleja, se desarrolle con la dignidad y solemnidad que exige su historia.
