Israel lanzó una ofensiva aérea en Irán y eliminó a parte de su cúpula militar

La operación «León Ascendente» destruyó defensas estratégicas y altos mandos iraníes. El ataque provocó una inmediata respuesta con más de 100 drones lanzados desde Teherán.

En una acción militar sin precedentes, Israel llevó a cabo durante la madrugada del viernes una ofensiva aérea a gran escala sobre territorio iraní. La operación combinó el uso de drones desplegados desde dentro del propio Irán con aviones de combate guiados por inteligencia precisa. Los blancos principales fueron radares, sistemas de defensa aérea y centros de comando estratégico. Entre las infraestructuras destruidas se encuentran los sistemas antimisiles SA-69, SA-68 y otras baterías de alcance medio y largo, además de instalaciones nucleares localizadas en Teherán y Natanz.

La maniobra, bautizada como “León Ascendente”, fue presentada por el gobierno israelí como una acción preventiva frente al avance del programa nuclear iraní, al que considera una amenaza directa. Según fuentes de seguridad israelíes, durante los bombardeos se habría dado de baja a figuras centrales del alto mando iraní, como los generales Mohammad Bagheri, Hossein Salamí y Gholam Ali Rashid, además de dos científicos ligados al desarrollo atómico. Se indicó además que el Mosad habría logrado infiltrar equipamiento y drones dentro de Irán en los días previos, lo que posibilitó ataques de alta precisión desde puntos internos.

La reacción iraní fue prácticamente inmediata. Desde Teherán se lanzaron más de un centenar de drones hacia territorio israelí, obligando a activar los sistemas de defensa aérea en todo el país. El gobierno israelí decretó el estado de emergencia nacional y suspendió el tránsito aéreo. En respaldo al operativo, el presidente Isaac Herzog declaró que se trató de una medida necesaria para proteger a la población frente a lo que calificó como una amenaza “existencial”. En tanto, desde la Casa Blanca se informó que Estados Unidos no participó en la ofensiva ni brindó asistencia, a pesar de las gestiones diplomáticas que venía realizando para evitar una escalada.

Por su parte, el régimen iraní denunció una violación flagrante al derecho internacional y advirtió que su respuesta se enmarcará en el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, que permite la legítima defensa. Además, exigió una condena enérgica por parte de la comunidad internacional, calificando el ataque como una “agresión criminal sin precedentes”.

La tensión sigue en aumento mientras en Medio Oriente crece la alarma por una posible guerra abierta entre ambas potencias. En las últimas horas, varias naciones y organismos multilaterales pidieron calma y llamaron al diálogo, aunque el deterioro del escenario regional y la magnitud del ataque dificultan cualquier salida diplomática en el corto plazo.

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