La medida será progresiva, con contenidos diferenciados por nivel y formación docente específica.
A partir de agosto, el sistema educativo argentino sumará una nueva materia obligatoria centrada en el uso pedagógico de la inteligencia artificial. La medida alcanzará a todas las escuelas del país, desde el nivel inicial hasta el secundario, e implicará una transformación gradual en los contenidos curriculares. El programa se enmarca en PAIDEIA, una política pública impulsada por el Ministerio de Capital Humano que busca integrar la IA en la enseñanza desde una perspectiva crítica, ética y humanista.
La propuesta no apunta a reemplazar la figura del docente, sino a incorporar herramientas que potencien el aprendizaje y promuevan el pensamiento computacional, la creatividad y la alfabetización digital. En la etapa inicial se priorizará el juego y la exploración controlada; en primaria, el desarrollo de lógica y algoritmos simples; mientras que en secundaria los estudiantes trabajarán con análisis de datos, programación y diseño de soluciones tecnológicas. Todo el enfoque estará atravesado por una mirada ética que promueva el uso consciente de estas tecnologías.
Para acompañar esta transformación, el plan prevé capacitaciones específicas para el cuerpo docente y la incorporación de plataformas y herramientas como ChatGPT, Canva, Duolingo y NetLogo, entre otras. Además, se implementarán sistemas de retroalimentación automatizada y análisis de desempeño personalizado, buscando mejorar tanto la enseñanza como la planificación institucional. La medida fue anunciada como una respuesta a la necesidad de preparar a las futuras generaciones para un mundo cada vez más atravesado por tecnologías disruptivas.
El programa PAIDEIA toma su nombre del término griego que alude a una educación integral, y se distancia de una visión tecnocrática de la inteligencia artificial. Según sus impulsores, no se trata solo de aprender a usar herramientas, sino de formar ciudadanos capaces de entender su funcionamiento, cuestionarlas cuando sea necesario y usarlas de manera responsable. Con esta iniciativa, el Gobierno nacional plantea una reforma profunda en la manera de enseñar y aprender, adaptando la escuela al siglo XXI sin perder de vista el rol central de las personas en el proceso educativo.